miércoles, 29 de febrero de 2012

Cap. 21 pequeños cambios...

Al llegar a casa de maría ella me contaría lo que tenía que decirme, tiempo atrás me había dicho que le había llamado mucho la atención George, después que lo vio junto con Paul un día que platicaba con él, entonces yo puse de mi parte y le pedí a Paul que le hablara a George de mi amiga, y al parecer ya había surtido efecto pues estaba eufórica por que por fin George le había hablado y la había invitado a salir, me daba mucho gusto por ella, hacían una linda pareja

-¿y tu Gina por qué no tienes novio? –me pregunto aun feliz

-pues… por lo que te conté aquella vez –dije cabizbaja, maría ya sabía todos mis secretos

-pero eso ya paso Gina, tienes que salir adelante, se ve que le gustas mucho a stu, ¿o me equivoco? – ¡valla pero que certera! A veces me preguntaba si no era pariente de mi abuela

-pues sí, creo que le gusto –dije aun sin mirarla

-¿por qué dices que crees que le gustas?

-pues solo basta con verme para asegurar que nadie se fijaría en mí –dije molesta

-Gina, eso tiene solución –me dijo sonriente

-si ya se, volviendo a nacer pero eso no se pude –le conteste sarcásticamente

-¡no Gina no seas tonta! Permíteme ayudarte, ¿de acuerdo? –no sé porque me ponía nerviosa eso de que me quería ayudar

-¿tú en que me puedes ayudar? –pregunte algo temerosa

-en mucho mira, mi madre trabajo muchos años con modelos famosas y sabe muy bien cómo debe vestir una mujer –ahora comprendía porque ambas se veían muy lindas

-¡no maría! No pienso cambiar –me levante de golpe y camine hasta la puerta

-cálmate Gina, ¿Por qué te da miedo el cambio? –me miro fijamente, y en realidad no tenía idea porque me daba miedo cambiar mi apariencia, sentía que no la necesitaba cambiar, y me aterraba verme de otra manera pero no sabía por que

-no se maría, es solo que siento que no me sentiré cómoda, como si no fuera yo ¿me entiendes? –me miro sonriente

-ve, acompáñame –me jalo y me llevo a una boutique de una amiga de su madre, vendían una ropa muy linda que yo jamás hubiera imaginado ponerme, pero ese día ella me haría probarme casi toda la tienda

-escoge lo que más te guste, te lo regalare –me dijo mientras se sentaba en un sillón tipo vintage en color negro con estampados en rosa

-¡cómo crees maría! ¿Estás loca? –la mire asombrada

-no, solo te quiero ayudar, y ella también porque es una especialista en eso –voltee a ver a la chica que apuntaba y era una chica bastante linda, era intimidante estar ahí entre tantas cosas que no iban con migo, o por lo menos así lo sentía

-ven acompáñame, se perfectamente lo que tú necesitas –me dijo la chica amablemente, no me quedo de otra más que seguirla, me dio varias prendas y me dijo que me las probara, me mire en el espejo y me sentía más horrible que antes, tome el primer vestido y me lo probé, no estaba tan mal, sentía que se me veía algo bien, me probé el siguiente y también me gusto, después de probarme todos Salí con todos los vestidos en mis brazos

-¿Cómo te sentiste? –me pregunto la chica

-extraña –dije tímidamente ella sonrió

-es normal, pero es cuestión de que te acostumbres

-¿y bien te gustaron? –me pregunto maría mientras caminaba hasta nosotras

-son lindos pero siento que en mi se ven horribles –ella me regañaría

-tienes el autoestima por los suelos Gina

-¿Crees? –pregunte tímidamente

-¿y lo preguntas? –después de estar ahí varios minutos salimos de la boutique con varios cambios de ropa y zapatos y algún que otro accesorio, de ahí iríamos a una estética

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