cap. 6 ¿un cambio?...

-Stuart te estaba buscando –lo mire, y al ver a John tras de él me puse muy nerviosa
-tiene algo que decirte John –camino hasta en frente de él provocando en mi mucho nerviosismo
-que hay Gina, bueno yo solo vine a invitarte a casa de mi madre porque me organizo una fiesta por mi cumpleaños y pues están invitados tu y Stuart –no podía creer que me invitara a mí, sin duda ese fue el mejor día de mi vida
-gracias John, ahí estaremos –mire a Stuart y él me guiñaba un ojo
-bueno pues me voy los veo en la noche –se despidió dejándonos a Stuart y a mi solos
-bueno pues vámonos –me decía mientras me ayudaba con mi mochila
-espero que si me deje ir mi abuela –me quede pensativa
-yo le pediré permiso, descuida –mi abuela le tenía mucha confianza a él, creo que sin él no me dejaría ir a ningún lado. En el camino vi que John hablaba con la odiosa de Marie, ¿Qué tenían que ver esos dos? Vi que ambos se coqueteaban y después se la llevaba de la mano, eso me hizo sentirme algo mal
-¿pasa algo? –me pregunto Stuart
-no nada, estoy bien, ¿oye Marie es novia de John? –le pregunte sin mirarlo
-pues no, digamos que solo se divierte con ella –me decía entre risas pero a mí eso no me pareció tan gracioso
-¿Por qué me lo preguntas? –me miro insistentemente
-pues porque los vi irse tomados de la mano y se me hizo raro –dije algo seria
-pues de seguro se la va a llevar por ahí para divertirse de nuevo –seguía riendo, pero que desgraciado es John, no lo podía creer
Al llegar a mi casa Stuart le pidió permiso a mi abuela y como lo pensé me dejo ir, siempre y cuando regrese temprano. Entonces ese día en la noche stu quedo de pasar por mí, no tenía ni idea que ponerme pues nunca había ido a una fiesta así que no tenia ropa decente, rápido pensé en un vestido que me regalo mi abuela, yo le dije que para que me regalaba eso si nunca lo usaría, pero hoy se había llegado la ocasión. No era la gran cosa, era en color beige me llegaba a la rodilla y era un poco ajustado, eso no me gustaba, me puse unos zapatos del mismo color y trate de peinarme lo mejor posible, mi abuela insistía en ponerme un poco de maquillaje pero yo me negué pues no me sentiría a gusto pero al final se salió con la suya pues me puso un poco de rímel y me pinte los labios, con eso bastaba para verme diferente, me mire en el espejo y no podía creer que fuera yo
-no me atrevo a irme así Nani –le decía sin dejar de mirarme
-te vez muy bien Gina –me decía ella muy feliz por los resultados
-es que ciento que esa del espejo no soy y yo –mire el suelo y me gire a ella
-eres la misma, solo que ahora si te supiste arreglar –la mire de golpe algo molesta, pues ella siempre me pedía vestirme decentemente y yo simplemente me ponía lo primero que se me atravesara sin importarme si combinaba bien o no. En eso tocaron el timbre, estaba segura que era stu eso me puso muy nerviosa
-yo iré a abrir –me dijo mi abuela mientras bajaba a la sala, yo Salí de mi cuarto y me acerque a las escaleras
-pasa Stuart, en seguida baja Gina
-gracias señora Murray –decía stu mientras se sentaba en la sala, vi que mi abuela subía de nuevo y yo corrí a mi recamara y me senté en mi cama
-anda Gina, es Stuart te espera –me apuntaba insistentemente la puerta
-me da mucha vergüenza salir así, dile que enseguida bajo y mientras me cambio –me levante y abrí mi ropero, pero mi abuela me lo impidió
-¡nada de eso jovencita! Así te vez muy bien ahora baja –me llevo de la mano hasta las escaleras, no me quedo de otra más que bajar me sentía muy nerviosa, stu de inmediato volteo al escuchar que bajábamos por las escaleras, se levanto y se acercó a e ellas, se veía muy guapo de por sí ya era, sentí que me sonrojaba vi su expresión al verme y me produjo mas bochorno
-¡por dios Gina! Te vez muy linda –se acercó a mi
-gracias stu, también tú te vez muy bien –baje mi mirada, note que el suspiraba
-gracias, pero en verdad que parece que estoy viendo a otra Gina –decía entre risas
-ya Stuart harás que me sonroje –lo mire apenada
-¿mas? –comenzó a reír, quería que la tierra me comiera
-¡basta! –le grite y el comenzó a reír
-está bien, ahora vámonos por qué se hace tarde, me extendió su brazo para que yo lo tomara, me despedí de mi abuela y ella de nosotros, salimos de mi casa y caminamos hasta la de la madre de John, estaba muy cerca de la mía, ambos íbamos muy serios