Paso el tiempo, mi abuela regreso y todo ya
era como antes creo que me ayudaba mucho que John ya no fuera al instituto,
aunque si lo seguía viendo pero ya no era igual. Ellos tocaban en varios clubes
de Liverpool y muchas veces fui para ver tocar a stu, aunque el nunca domino el
bajo, eso me daba mucha risa. Un día se
me hizo raro que stu no pasara por mí y me preocupe pues creí que estaba
enfermo así que decidí que saliendo del instituto iría a verlo a su casa
-¿Dónde esta stu Gina?
–me pregunto Cyn al verme llegar sola
-no se, no fue por mi eso
me preocupa
-no te preocupes esta
bien, es mas ya que salgamos te acompaño a verlo a su casa ¿de acuerdo? –yo
acepte y le agradecí, entramos a nuestras clases pero yo no me sentía
tranquila, siempre que iba a faltar me avisaba o me mandaba decir con alguien
pero ahora no fue así, las horas se me hicieron eternas pero cuando por fin se
llego la hora de la salida Cyn y yo salimos corriendo a casa de stu. Al llegar
toque la puerta algo nerviosa, Cyn estaba 3 pasos detrás de mi, se abrió la
puerta y vi a la señora Martha, madre de stu
-hola señora Sutcllife,
¿se encuentra stu? –pregunte titubeante, ella no me respondió si o no, solo me
invito a pasar y a Cyn también, nos sentamos en la cálida sala que inspiraba
confianza y tranquilidad mientras ella iba a la cocina para apagar la estufa
donde preparaba la comida, se percibía un aroma exquisito, en eso bajo Joyce,
hermana menor de stu quien nos saludo amablemente y se sentó junto a mi,
siempre nos habíamos llevado muy bien
-stu esta arriba en su
recamara querida –me decía mientras regresaba con nosotras con una toalla en
las manos
-¿se encuentra enfermo?
–pregunte preocupada
-solo trae un fuerte
dolor de cabeza y esta algo adolorido –nos decía mientras miraba la toalla y
volvía a la cocina
-¿Qué fue lo que le paso?
–me encamine hasta la puerta de la cocina
-anoche, el y John fueron
atacados por un grupo de vagos, y a stu lo golpearon muy fuerte en la cabeza
–sus palabras me asustaron muchísimo –pero no te preocupes esta bien, solo
adolorido –me dijo sonriente
-¿podría subir para
verlo? –pregunte cohibida, pues jamás había subido a su recamara, esa extraña
creencia de las madres que los novios no deben estar solos en la recamara de
alguno de los dos
-claro que si, espero que ya este despierto,
en seguida les subiré te y galletas –me dijo sonriente, entonces subí de
inmediato seguida de Cyn y Joyce
-este es su cuarto –nos
dijo su hermana mientras abría poco a poco la puerta, entramos a la habitación,
era… simplemente como Stuart, lo relacione de inmediato al ver todas sus cosas,
él estaba en la cama con un gran cobertor sobre el, ni siquiera se le podía ver
el rostro, me imagine que se sentía muy mal
-creo que esta dormido
–nos dijo su hermana, en eso escuchamos que alguien pasaba por el pasillo y se detenía
justo en la puerta de stu, volteamos y vimos que era Pauline la otra hermana de
stu, me miro de mala gana y no me saludo para después bajar con su madre, no sé
que pasaba con ella antes los hablábamos muy bien
-bueno las dejo por que
tengo que ir con una amiga –se despidió Joyce dejándonos solas a Cyn y a mi,
ella me miro sin decir nada y me dijo que me esperaba afuera, salió de la
habitación y me acerque a stu poco a poco para no despertarlo, me senté en el
bordo de la cama y puse mis manos sobre sus pies lanzando un profundo suspiro,
ahí me quede mirándolo como dormía durante mucho tiempo, note unos moretones en
su rostro, se giro hacia el otro lado para seguir durmiendo, pero abrió los
ojos de golpe, pues había percibido una presencia
-¿Gina? –se sentó
-si stu soy yo, sigue
durmiendo te vez… muy lindo haciéndolo –le dije sonriente y el también
sonreiría, acaricio mi mejilla sin dejar de sonreír
-¿Qué haces aquí? –me
pregunto
-pues me preocupe stu, no
fuiste por mi
-si, lo siento no te
avise, pero estoy bien
-claro que no estas bien,
esos moretes deben dolerte mucho –lo mire
-descuida, esto no es
nada en comparación de John –yo me reí
-¿quedo peor?
-si, y no sabes como
–seguía riendo
-¿pero como te sientes tu?
-estoy bien Gina, no te
preocupes, el dolor que traía ya se me paso, estoy tomando analgésicos que mi
madre me dio –miramos los frascos de medicina que estaban sobre su buro
-¿mañana tampoco iras al
instituto verdad? –le pregunte
-no Gina, creo que… -se
detuvo y se quedo serio mirando las cobijas
-¿crees que? –le pregunte
-creo que ya no regresare
–me levante como un resorte al escucharlo decir eso
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